Es evidente como el mal manejo por parte de la autoridad ambiental competente, en este caso la CAR, ha emitido permisos de vertimientos, licencias ambientales, para empresas dedicadas al tratamiento de aguas residuales, incineración de residuos, aprovechamiento de residuos sólidos orgánicos, en esta zona de Cundinamarca (Mosquera, Bojacá, Madrid, Facatativa), que por mas de una década han descargado sus vertimientos a estas fuentes hídricas, convirtiendo este sector de los Puentes, como un nuevo pasivo ambiental del cual ya están invirtiendo mas de $130.000M COP para su remediación. Como es habitual, primero permiten la contaminación y después destinan recursos públicos para mitigarlo. Estas descargas a las fuente hídricas que aportan al sistema del rio Bogotá, estar prohibidas por el fallo de la recuperación del mismo, el cual no ha podido obtener el cese de actividades en este sector del Departamento, ya que estas empresas llevan en funcionamiento bajo vigilancia de la CAR desde 2004. Los malos resultados de las calidades de los tratamientos son evidentes en los vertimientos, solo hablan que en temporadas de lluvias, pero este ya es el nuevo Muña con olores fétidos por doquier, paso obligado por los turistas y viajeros a lugares como Anapoima, La Mesa, en donde nuestros dirigentes tienen sus casas de fines de semana y muestran su indiferencia ante estos inocultables focos de contaminación, por lo general creados por ellos mismos.
